martes, 12 de febrero de 2008

Como una sola

Su alma y la mía, al unísono, fusionadas en la misma.
Lazos invisibles de oro y luz nos entrelazan, afirman.

Tantas sensaciones, sentimientos se transmiten, muchos desconocidos, esperan para encontrarse más adelante cuando se afirmen los conocimientos, los míos, para entenderlo y presentarlo como la magia que él es, que aclama ser. Y con razón.


Extensión, de otro material, de mi cuerpo.

Las vibrrraciones hacen estremecer al mundo de éxtasis y belleza. Y libertad.

Las partículas liberadas, perdidas en el espacio, señales de lo que aconteció.
Carne. Huesos. Madera. Metal. Cabello (equino). Y el alma.



Juntos, al unísono, el tiempo se detiene

y sólo quedamos nosotros, él y yo.

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